Acerca del cuento y la autora
“Oshta y el duende” es uno de los cuentos clásicos de la literatura infantil peruana. Narra la historia de un niño andino campesino que se queda a cargo del rebaño de ovejas de su madre, y se encuentra con un misterioso duende que lo reta a un juego que durará más de lo esperado. Según Jorge Eslava, a la raigambre popular y la oralidad quechua del cuento se le añade un elemento fantástico “que le pone un toque rotundo de modernidad”.
Carlota Carvallo de Núñez (Lima, 1909 – 1980) fue una prolífica y destacada escritora, artista plástica, docente y periodista peruana. Fue una de las pioneras de la literatura infantil en el Perú, al escribir narraciones, poemas y obras de teatro inspiradas por las diversas culturas y escenarios de la Costa, los Andes y la Amazonía del Perú.
Carlota Carvallo Wallstein nació en Huacho, perteneciente a la provincia de Chancay, Lima, el 26 de junio de 1909.
Hija de don Armando Carvallo Argüelles y doña Eugenia Wallstein. Reside en su ciudad natal hasta los veinticinco años, donde recibe una formación autodidacta.
A los 17 años de edad, el año 1926 se establece en Lima con su familia y se matricula en la Escuela Nacional de Bellas Artes, graduándose como pintora con los mayores honores el año 1932. Fue alumna de los maestros Daniel Hernández y José Sabogal.
En 1934 contrae nupcias con el escritor Estuardo Núñez Hague, con quien tiene siete hijos (cinco varones y dos mujeres) nuevo motivo de inspiración de su obra literaria: poesía, cuento y teatro, todo con destinatario a la niñez que tanto amó y a quienes orientó todo su potencial creativo.
Carlota Carvallo de Núñez con sus obras de teatro, sus poemas y cuentos, desde el año 1947 cuando publica “Rutsí, el pequeño alucinado”, hasta sus últimos días, fue no sólo una de las primeras escritoras de libros para niños, sino también y fundamentalmente la principal animadora de publicaciones e instituciones y movimientos culturales que tuvieran que ver con la literatura infantil.
Carlota Carvallo fundó la revista URPI, suplemento infantil del diario La Prensa, donde publica cuentos, poemas y artículos sobre lugares turísticos del país. Fue Sub Directora de la revista ALPHA, de la Asociación de Amigos del Arte.
Cada mañana, además, se dedicaba a pintar y con el tiempo sus obras tomaron distancia del indigenismo y se inspiraron en lo onírico, con matices surreales y expresionistas.
Las canciones que durante las tardes componía en el piano fueron ilustradas por ella en cancioneros pintados a la acuarela y varias de ellas han pasado a integrar el acervo popular del Perú: La flor de la Cantuta, El negro Pancho, La noche de San Juan, Las vocales, El trencito colorado, Barabán, La gallinita, Una niña linda, entre otras bellas piezas musicales.